jueves, 23 de octubre de 2008

Me siento sola y triste...
No se que hacer...
Me va a explotar la cabeza...
Mañana examen de latín...
Hoy me salté 2 comidas...
Vamos mejorando el nivel de concentración...

La inspiración viene a ratos.
Creo me voy a morir si sigue sin aparecer.

Enamorada de un hombre imposible.
Amando al hombre perfecto...
Muriendo lentamente...

sábado, 18 de octubre de 2008

Quiero morir...

Solo se que el dolor este me esta matando...

No quiero contarlo pero si no lo hago...
No se que pasará...



Me estoy muriendo, lo se...

sábado, 4 de octubre de 2008

Pipiru piru piru pipiru pi
Pipiru piru piru pipiru pi

El bate que puede hacer de todo. Excalibong

Pipiru piru piru pipiru pi
Pipiru piru piru pipiru pi

Cuando escuches mi hechizo resucitarás

¡No, no seas así, idiota, idiota!
¡No me mires así, por favor!

¡El ángel castigador, llenando de sangre, Dokuro-Chan!
¡El ángel castigador, te hará sangrar el corazón, Dokuro-Chan!

Te pisaré, te ataré, te apalizaré,
Te patearé, te calentaré el rabo, te colgaré.

¡Pero así es como demuestro mi amor!

¡El ángel castigador, blandiendo su bate, Dokuro-Chan!
¡El ángel castigador, manchando de sangre, Dokuro-Chan!

Te cortaré, te hostiaré, te putearé…
Te apuñalaré, te dejaré colgado para que te congeles,
Te echaré cosas por encima.

¡Pero así es como demuestro mi amor!

Pipiru piru piru pipiru pi

viernes, 3 de octubre de 2008

Todos nuestros intentos de huida habían sido infructuosos.Con el corazón en un puño, observé cómo se aprestaba a defenderme. Su intensa concentración no mostraba ni rastro de duda, a pesar de que le superaban en número. Sabía esperar ningún tipo de ayuda, ya que, en ese preciso momento, lo más probable era que los miembros de su familia luchasen por su vida del mismo modo que él por las nuestras.
¿Llegarían a saber alguna vez el resultado de la otra pelea? ¿Averiguaría quienes habían ganado y quienes habían perdido? ¿Viviría lo suficiente para enterarme?
Las perspectivas de que eso sucediera no parecían muy halagüeñas.
El fiero deseo de cobrarse mi vida relucía en unos ojos negros que vigilaban estrechamente, a la espera de que se produjera el menor descuido por parte de mi protector, y ése sería el instante en el que yo moriría con toda certeza.
Lejos, muy lejos, en algún del frío bosque, aulló un lobo.