miércoles, 23 de marzo de 2011

No puedo dejar de pensar en ti, en tus manos, en tu cuerpo, en tu aroma...
Nunca me ha dado miedo el rechazo, lo que me da miedo es ser correspondida.
Me da miedo que digas que sí, que hay algo más que una tierna y vieja amistad...
Pánico le tengo yo a esas sonrisas furtivas que me miran en la cama, cuando crees que no te miro...
Yo siempre te miro, te observo, cuento los lunares de tu cuerpo y las cicatrices de tu piel...
Pero tú no mires las mías o esta historia se irá a la mierda en lo que tarde en decirte que fui yo misma, no preguntes, simplemente dejalas estar, algún día se borrarán.
Ponme las cosas fáciles, soy tan complicada que acabaría por destruir lo poco que hay entre los dos...


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Cada cual su historia, cada historia un mundo, cada mundo una persona.