lunes, 22 de julio de 2013

¿Porqué hay veces que tenemos la sensación en la garganta de que tenemos que decir algo pero somos incapaces de saber qué o a quién?
¿Desde cuando se ha vuelto tan difícil ser sincero de verdad, sin medias tintas, dando realmente los dos lados de la moneda?
¿Cómo somos capaces de vivir con tanto trapo sucio dentro de nuestros intestinos y luego dar opiniones al respecto, sucias, frías e hipócritas?
¿Qué tipo de futuro nos espera si todos somos malos y queremos aparentar ser buenos, los pocos buenos que quedan se esconden y los malos malos juegan a ser corderitos que juegan a ser lobos?
¿Dónde quedaron los días de ser todos quienes realmente queríamos ser, hacer lo que nos apetecía sin dañar al de al lado y de disfrutar de una tarde de verano sin que venga un gilipollas a amargarte?
¿Quién no se ha sentido alguna vez parte de este estúpido rebaño que te conduce al matadero y ha intentado huir de él con la trágica experiencia de ser mordido, pisoteado y despreciado por sus propios congéneres?
¿Cuándo nos daremos cuenta de que ninguna de las cosas que consideramos importantes lo son y miraremos a nuestro alrededor y disfrutaremos del paisaje tal y como es?