miércoles, 2 de julio de 2014

¿Habías olvidado el agujero del centro del cuerpo que te comía viva?
Pues ya lo tienes aquí de nuevo, ha vuelto y parece que para quedarse, ha vuelto con fuerza y por fuerte que te aprietes las trenzas no va dejar de doler.
Este agujero se ha instalado tan fuerte que no veo manera humana de expulsarlo de mi cuerpo.
Esta vez ni el chocolate ayuda, ni el bisturí, ni dormir...
El dolor y la presión me dejan sin aire, me dejan sin hambre, me dejan sin ganas de nada...


Tengo miedo, miedo de mi misma, miedo de mis acciones, miedo de paranoia, miedo de mi ser interior...


0 Visiones distintas:

Publicar un comentario

Cada cual su historia, cada historia un mundo, cada mundo una persona.