Luchar o morir.

Hubo un tiempo en el que cualquier desacuerdo era una guerra contra esa persona y contra todos los que la rodeaban.
Era cuestión de ganar o perder. Era supervivencia pura y dura.
Ahora, un desacuerdo es simplemente eso. Si esa persona quiere ganar, que gane, yo seguiré pensando y haciendo lo que crea conveniente con mi vida.
Hace ya mucho tiempo que se acabaron las amarguras y los rencores. No hay tiempo en esta maravillosa vida para estar pensando en lo que dice o hace el "enemigo".
Ahora las cosas importantes son la familia, los amigos, la mascota, los libros... ¿Porqué iba a perder el tiempo actuando o no actuando como los demás esperan que lo haga? ¿Porqué voy a dejar que alguien que no soy YO, maneje mi vida?
Sólo uno mismo sabe lo que a su cuerpo y mente le convienen y os juro mi cuerpo pide a gritos cantar sin saberse la letra, gritar mi parte favorita y si las cuerdas vocales me lo permiten, ellas si tienen derecho a decidir, hacer la parte gutural a voz en grito hasta que los perros aúllen.
Porque mujer, ya no tienes 15 años.
Ya no te cohíben los comentarios ajenos.
Ya no te duelen las palabras que salen de bocas con lenguas viperinas.
Ya no necesitas la aprobación de los demás para sentirte plena.
Has encontrado algo mejor que todo eso para sentirte bien.
Has encontrado el secreto de esa felicidad que sólo se consigue estando en la más profunda oscuridad.
Y, únicamente le vas a revelar el secreto a quién tu alma crea que se lo merece.
Porque ya no somos niños y ahora actuamos con voz propia.