sábado, 30 de abril de 2011

moñadas de después del dentista.

Y a pesar del sufrimiento y de las traiciones, sigue estando la necesidad de querer y que te quieran. La necesidad y el gusto de sentirte protegida y el placer de que alguien deje que te preocupes por él.
Porque aunque los malos ratos y las malas experiencias estarán ahí siempre, siempre estarán los buenos momentos, las miradas furtivas y el calor humano.
El calor humano que te hace seguir sintiéndote viva, que te hace luchar por mantenerte a flote. Porque vivir por uno mismo no es fácil y menos cuando tu autoestima es una mierda.



Y seguiré contando los lunares de tu espalda en las noches de insomnio.
Y si me dejas acariciaré tus brazos durante las películas de amor.
Y si la cosa sigue, besaré tus labios hasta que te canses.



El pasado ya no duele tanto y el futuro se ve tan incierto que será mejor disfrutar del presente como si no hubiera mañana. Y por mucho que digan que te olvides del pasado, que no volverá, que te hizo daño y no merece la pena, tú seguirás recordándolo porque han sido buenos años y pesan más los buenos ratos que las mentiras. No olvides tu pasado porque aprendemos de el.



Dejame besarte hasta que me falte el aire.

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Cada cual su historia, cada historia un mundo, cada mundo una persona.