lunes, 22 de diciembre de 2008

Caída en las manos del deseo...






No es tanto el dolor que me causa el corte como el dolor que me causa tu ausencia...
Hay algo que sostiene nuestro amor, pero a la vez lo rompe...
Siento haber caído en la tentación, la sangre me llamaba...
Siento no haberlo evitado, en el fondo lo deseaba.

Cada día la herida se hace más y más grande, y el sentimiento de culpabilidad se apodera de mi corazón...

¿Pude evitar lo de aquella noche?
¿Fue premeditado el flirteo?
¿Acaso es necesario hacer esto?

Yo misma me respondo diciendome que si pude haberlo evitado, pero no quise.
Quise ser mala y lanzarme al vacío sin cuerda de seguridad.
Quise saber que se sentía siendo la princesa.
Desee ser el centro de las miradas, me sentí bien al ser escuchada...
Creo que debería ser sincera conmigo misma y admitir mi falta de coherencia al recordar aquella noche y mis sentimientos...
No negaré que me gustó aquella complicidad, que me emocioné al ver el ''feeling'' entre ese completo desconocido y yo, pero hace falta valor para continuar y yo de eso carezco...

¿O no?

Puede que ya haya dado el paso más importante, y solo me quede saber la reacción que ello a causado, los estragos que mi mente calenturienta a dejado en los corazones de los demás.
¿¡Pero que digo!?
Eso es imposible, nadie sería capaz de amarme sin darle algo a cambio.
¿Quién desearía amar a este saco?
Yo soy la primera que deseo librarme de mi misma...
Soy yo la primera que me recrimina la existencia...


Nunca antes había sido tan sincera, espero no coger a nadie por sorpresa al decir que hace mucho tiempo que debería estar muerta...


Hace mucho que no siento el latir de mi corazón bajo mi pecho...

1 Visiones distintas:

© Lilium - Lilith dijo...

Muchos desearían amarte...respondo a una de tus preguntas...pero primero deberás descubrir cuánto te amas vos a vos misma, para poder ver el mundo que hay dispuesto a tus pies...y ver a todos esos seres maravillosos, galácticos, reales, humeantes, alegres, llorones, locos, cuerdos, mañosos, sádicos, sumisos, dulces, agrios...que estarían dispuestos a amarte sin descanso, que sólo esperan un gesto tuyo...

Me encanta tu frase de entrada a comentarios: "Opina pero no te regocijes del dolor ajeno"...hay que tener ovarios para tanto confesado y tanto llanto y sentimiento en tus palabras...y esa seguridad...tu seguridad, yo si la veo...

Un beso silencioso y compañero.

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Cada cual su historia, cada historia un mundo, cada mundo una persona.